Pautas para una correcta iluminación


 
La iluminación es una de las principales protagonistas en la decoración. Tenemos que tener un equilibrio en todas las zonas de la estancia que vayamos a diseñar, no debemos tener unas partes oscuras y otras con mucha luz, ya que estropearíamos el ambiente acogedor que queremos conseguir. Para ello debemos hacer un estudio fotométrico de la habitación que vamos a decorar.

Lo primero en que nos fijaremos es en la luz natural que entra por las ventanas, balcones, etc.,  dependiendo de la hora del día así tendremos más luz en unas estancia o en otras, si es por la mañana las estancias más iluminadas son las situadas al noreste, pero si es por la tarde entrará más luz en las que están orientadas al suroeste. También tenemos que tener en cuenta la estación del año, ya que en invierno disfrutamos de menos luz que en verano, por eso las estancias orientadas al noreste en invierno serán las que menos luz natural tenga de toda nuestra vivienda, en cambio en verano las situadas al suroeste serán las que más reciban.



 
 
 
La luz del sol no es suficiente para iluminar una estancia, ya que por la noche tendremos que utilizar la luz artificial, ahora pasaremos a ver cómo actúa la iluminación artificial en la decoración.
En primer lugar comentaros que la luz artificial puede afectar a la decoración general del espacio, puede modificar colores, también nos podrá parecer que varía las formas de los objetos con los claros oscuros de  luz y sombra, etc.
Existen varios tipos de iluminación, normalmente se combinan entre ellos, es decir, en una misma estancia se utilizan varios para crear un ambiente cómodo y acogedor.
Iluminación general. Es la luz principal de la estancia, nos ilumina todas las zonas con la misma intensidad, sin crear zonas oscuras o menos iluminadas, generalmente  está situada por encima de nosotros, en el techo o apliques de pared, también podemos encontrarla en el interior de la moldura de escayola que recorre todo el perímetro del techo. Podemos variar la intensidad de luz con un regulador en la llave de encendido, una luz intensa provoca energía y vitalidad, pero una más suave evoca relajación y tranquilidad.
 
 

Iluminación puntual. Esta iluminación es más intensa y se coloca cerca del área a iluminar, como una zona de trabajo. Es un complemento de la luz general, en esta relación buscaremos que haya un equilibrio, evitando el deslumbramiento y que se produzcan demasiadas sombras. Lo ideal es que la iluminación puntual sea clara y directa pero que no deslumbre. En baños y cocinas se utiliza tanto como la luz general.

 

Iluminación de ambiente. Se caracteriza por crear una escena, esta iluminación no es suficiente para realizar una actividad, por lo que tenemos que utilizar una de las dos que hemos comentado anteriormente.

Un recurso tener en  cuenta es que podemos utilizar los reguladores de intensidad para convertir la luz general o puntual en iluminación de ambiente. Cuando elegimos una luz de ambiente elegimos el diseño y la luz que proyecta la lámpara antes que cualquier otra característica.
 
 
 
Iluminación decorativa. La podemos utilizar para ensalzar objetos, tanto decorativos como elementos arquitectónicos que tengamos en nuestra vivienda, como por ejemplo un cuadro, una escultura, un capitel, etc.
 
 

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