Con el ajetreo de la vida actual, nos apetece llegar a casa y desconectar del estrés y del ruido exterior. El estilo decorativo que propongo hoy se basa en un estilo de vida y disciplina espiritual. Para ello debemos buscar la armonía y paz interior a través de espacios despajados, sin muchos muebles y objetos que entorpezcan una visión abierta de la estancia. Esta ausencia de elementos nos proporciona calma y tranquilidad. Las líneas horizontales predominan a las verticales.
Esta filosofía proviene de Japón, y llegó a occidente en el siglo XX. En la decoración de interiores seguiremos sus características principales, las cuales describo a continuación:
Los colores que emplearemos serán una gama neutra, para la cual utilizaremos los ocres, grises, beiges y el blanco. Debemos generar una atmósfera tranquila y relajada. La armonía cromática entre los distintos elementos es muy importante. Para crear diversidad combina juegos de bicolor o degrada tu color preferido, como los distintos tonos del beige. Pero si queremos dar un toque de color lo pondremos en algún objeto de forma puntual, como en un cuadro.
En este dormitorio domina la gama de los beiges
Llama la atención el amarillo de los cubos en la pared
Para los materiales escogeremos aquellos en estado natural como la madera, la piedra, y dejaremos para otro estilo los más industrializados. En suelos utilizaremos maderas claras como el haya, el abedul, roble. Colocaremos alfombras de fibra vegetal que aportan una sensación de comodidad, estas deben coincidir con el color que predomine en la estancia o en el suelo. Para el revestimiento de baños y cocinas utilizaremos la piedra en lugar de cerámicas. Para los tejidos utilizaremos telas naturales, ligeras y cómodas, como lino, algodón, seda. Las cortinas proporcionan intimidad y no deben llamar la atención por lo que serán visillos.
La madera es la protagonista de los materiales elegidos
Las líneas rectas y materiales claros predominan en la cocina
Esta alfombra vegetal ocupa casi todo el comedor
El mobiliario tienen a tener una simplicidad en sus formas, para ello nos decantaremos por líneas rectas. Los muebles son bajos, y conservan el color natural de la madera. Las curvas y los detalles en estas piezas se deben evitar, no olvidemos que buscamos una decoración simple pero ordenada que nos aporte sosiego.
Los muebles sencillos aportan liviandad al dormitorio
Una cama a ras de suelo es el foco principal de esta estancia
Muebles de madera y en tonos blancos se han elegido para el salón
La luz natural es la forma de iluminar los espacios, pero como tenemos que utilizar luces artificiales, estas deben ser indirectas y suaves. Las pantallas de las lámparas serán de materiales naturales, de papel de arroz, de algodón, lino, etc.
Los grandes ventanales aportan luz natural al living
Luces suaves y sutiles iluminan este comedor
Solamente se ha utilizado una lámpara en una de las mesitas
Como he comentado los detalles decorativos deben ser escasos, que no nos cargue la estancia con su presencia, para este estilo también podemos utilizar la máxima de “menos es más”. Las paredes permanecerán desnudas, aunque colocaremos un cuadro para dar protagonismo a un paramento. Las esculturas y piezas que evocan al budismo combinan muy bien con esta decoración Zen. También utilizaremos plantas, bonsáis y arreglos florales, como el Ikebana, que proporcionan un efecto calmante a través de sus colores.
Se ha elegido con cuidado los elementos decorativos
En esta estantería están todos los detalles que adornan el dormitorio
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